Diario de una actriz que no soy yo
Crítica de Franco León Arraigada
Lo primero que empecé a escribir por el 2001 fue mi biografía; a esbozarla. Porque si no lo hacía terminaba en un suicidio mi vida. Tenía la necesidad de canalizar y desde ahí lo hago con la escritura. Era como limpiarme de la mierda del mundo, y a veces de la mía.
Creo que vos con esta, tu biografía haces igual. Y por decirlo así casi temporalmente como yo, iniciada cerca del 2001. Aun así creo que es un error de la ostia el que haces. La primera obra de un escritor nunca debe ser su biografía. Es mi parecer y creo que muchos muñecos que andan por ahí piensan igual.
Tu libro me atrapó. Desde cuando te escuche leer y cuando te critique, con muchas más rosas que acá:
Franca, transparente e irrespetuosa: No te voy a decir que creo que sos eso porque lo sé. Sos todo eso. A más de uno, me juego la cabeza, se le van las ganas de leerte con solo arrancar tu “aviso al lector”. Pero como decís no sos fácil; creo que lo bueno es que no todos puedan llegar a Vos: Tu interior de escritora. Igual que más quiere un escritor sino que lo lean?
Te quejas de tantas cosas, quizás es la edad, que luego terminas amando. Tenes una bipolaridad cojonuda que hasta “te queda bien”.
Me gusta tu deseo de llenar espacio con letras. No tan solo está genial sino que todos deberían hacerlo. Mucho mejor que estupideces.
Cuando subiste al escenario me dije “esta chabona es una show woman”, y luego me dije “hace Stand up”. La verdad no me importa, pero se nota en cada palabra, que escribís como quien putea. Tiras las palabras como te vienen. Así de la nada y lo mejor es que te haces cargo. Pero como buena actriz, el que no lee tus palabras y si tus letras sabe que tenes tantos borradores y volves a escribir, como las vueltas de la calesita. Esto te deja, no tan solo, una forma genial de escritura sino que te hace rematar todas las cosas que decís. NO ES FÁCIL ESCRIBIR A LAS PUTEADAS Y MUCHO MENOS QUE TE QUEDE BIEN y encima lo logras!
Tenes la facilidad, (o mejor aún la impunidad), de escribir de lo que se te da la gana. Seguí haciéndolo. No digo que esté bien o mal, simplemente no todos lo pueden hacer. O mejor aún, no a todos les sale bien.
Regreso unos párrafos arriba y sigo remarcando lo que me parece terrible de tu obra. Creo que cualquier escritor que desee escribir su biografía, o indefectiblemente tiene que morir, o pasar los cuarenta años. Sos muy joven para hacer un machaque maduro de tu vida. Un análisis sustancial de tus cosas. Podes, como poder podes, pero las letras de un escritor son más……. no sé…. más asentadas a una edad un poco más madura. Con esto no quiero decir que esté mal escribir la biografía de uno. Sino que no se debe publicar hasta los cuarenta años. Luego de mil veces de re-lectura.
Yo creo que las personas que más aman la vida son aquellas que pensaron en el suicidio. Nunca llegué a concretar nada, por suerte. Pero desde que caí muy bajo adopté la vida con más coraje que nunca. Vos no sólo lo haces entre tus letras sino que a cada espacio le das una sensibilidad particular. Te haces la dura y terminas siendo más sensible que mil "lasies" sueltos en una verde pradera.
Cuando hablas de tu adolescencia decís que eras distraída, porque querías esquivar el mundo. Me temo que no te salió. Vas de cara a él y con deseo de llevártelo por delante.
Tenes una poética espléndida para ocultar detalles. Quizás sabes a cual me refiero. No sé si todos se habrán dado cuenta.
La valentía que tenes te hace una guerrera de las letras, pero no para vos, sino para los que aún no se largan a escribir. Creo que lo bueno de un escritor es poder contagiar a los demás, no sé si a escribir pero sí por lo menos a respirar un poco mejor. En el título de tu obra decís que no sos una actriz. Es verdad. Para ser actriz se necesita un escenario y tu escenario es la vida. Vivís siendo actriz. No te prendes y apagas. Vivís prendida. Usas el recurso del escenario creado en muchos pasajes de tu libro y eso te hace una permanente actriz y directora de tu propia obra, tu vida. Nostalgia, amor, deseo, bronca, ira, lloro, etc. son constantes en tu mundo actoral de la calle.
Cualquiera que te lea, o quizás te conozca, podrá decir que sos una mina creída. Y los sos, pero porque confías en lo que haces, en lo que das. En eso concuerdo contigo, ojo por ahí me equivoco, el “prefiero equivocarme haciendo que no haciendo nada” me dice que tenes el poder de confiar en vos por más que esté mal. Te re- estructuras tan rápido que no tenes miedo a equivocarte.
No puedo dejar pasar de largo tu “alter ego”. Quién no lo tiene? Vos, en tu obra, lo expones tanto que creo no queda nada bien. Se te conoce a vos y a tu alter. Eso es muy malo. Tenes que dejar algo para el público íntimo. No siempre tienen que ver todo. Resérvate algo. Tenes una hábil percepción de las cosas mundanas que te hacen buena para exponer cualquier cosa. Ese poder de decir qué pasa desde una manera neutra, o meterte y jugártela. Esto te lleva a una extremadísima imaginación, y por qué no: riesgo.
Por todo tu libro hay tantas frases geniales que se podría hacer un libro de auto-ayuda, pero no; es tu libro de auto-salvación convirtiéndolo en único.
Decís en tu cierre: última escena: telón, “ella me devoro a mí, yo la devore a ella y hoy somos una”. Creo que está errada:
Siempre fuiste una, jugando con la que mejor te convenga.
PD: Todas estas son apreciaciones mías de una simple lectura de tu obra. Puedo equivocarme, errarle y demás.
Un placer leer tu obra...
Franco León
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